Taquicardia, dolor muscular, nerviosismo, molestias
estomacales... Si presenta algunos de estos síntomas durante estos días, no
piense en un infarto o en una úlcera, quizás se deba simplemente a que está
cerca la vuelta al trabajo. En los últimos años, especialistas en psicología y
psiquiatría han empezado a valorar si este conjunto de alteraciones merece el
apelativo de enfermedad y si existe una forma de evitar, y de combatir, estos
episodios a los que se viene denominando síndrome postvacacional.
La verdadera causa de este problema estriba en la
"percepción del trabajo como una estimulación aversiva. De esta forma, se
produce un aumento progresivo de los niveles de ansiedad, desgana, falta de
atención, cambios en los períodos de vigilia-sueño, deseos de cambiar de
trabajo, irritabilidad, tristeza,..." destaca Luis Folgado de Torres, del
equipo de Psicólogos Especialistas de Madrid. Estos síntomas quedan reflejados
en factores tanto físicos (cansancio, fatiga, molestias estomacales, insomnio,
taquicardia, dolor muscular, falta de apetito y de concentración, sensación de
falta de aire,...) como psíquicos (tristeza, irritabilidad, falta de interés,
nerviosismo, inquietud, indiferencia,...).
Folgado apunta que "los síntomas que manifiestan
algunas personas días antes de la vuelta al trabajo, son comparables a
cualquier forma de depresión de carácter clínico, sobre todo en episodios de
tristeza notables".
Saber desconectar
En la misma línea, este tipo de síntomas pueden verse
incrementados en función del tipo de ocio que se lleve a cabo durante las
vacaciones. Según Folgado, "si se practica un 'ocio activo' en el que se
realizan excursiones, visitas culturales o deporte, la 'vuelta al cole' es
menos traumática que si se realiza un 'ocio pasivo', en el que es necesario,
una semana antes, regular los ciclos del sueño y las comidas y reiniciar las
actividades de mayor complejidad intelectual".
La duración de esta 'depresión' oscila entre una y dos
semanas, dependiendo del tipo de trabajo. Si éste tiene "horarios
desajustados, nocturnos o un estrés excesivo, el síndrome postvacacional puede
tardar algo más en superarse". Vanesa Fernández, doctora en psicología de
la Clínica Bárbara Tovar, en Madrid, recuerda que "si estos síntomas se
prolongan durante un período de tiempo mayor de dos semanas, es porque puede
haber una patología preocupante de base".
Folgado comenta que los estudios relacionados son escasos.
Esto es debido a que, según la Sociedad Española de Psiquiatría, esta
'depresión' no tiene entidad diagnóstica y oficialmente no está reconocida como
una enfermedad. Por ello, es complicado establecer unos datos de incidencia
fiables. Fernández, resalta que se trata de un "conjunto de reacciones sin
entidad clínica, pero esto no significa que no existan".
Esta psicóloga añade que se suele situar "la tasa de
incidencia [de este síndrome] en torno al 35%". Aunque muchos psiquiatras
lo valoran como algo extremadamente exagerado y tienden a relacionarlo más con
la desgana que con un síndrome de esta naturaleza. Por otro lado, encuestas
elaboradas por la empresa de trabajo temporal Randstad, establecen que, en
España, el 56% de los trabajadores admite padecerlo. Es más, explica que el
perfil típico del afectado en una mujer, no inmigrante, de entre 30 y 44 años y
con estudios universitarios. Fernández destaca que suelen ser "personas
que trabajan de cara al público y que ya tenían una situación negativa en el
trabajo o bien sufren una patología previa".
Según Folgado, cualquier persona "que sienta verdadera
aversión por su puesto de trabajo y su entorno laboral puede padecerlo en su
forma atenuada". Por contra, quienes la sufren de forma "manifiesta y
prolongada suelen tener patologías previas, generalmente de tipo depresivo, que
se complican al finalizar el periodo estival, ante la inminencia del
trabajo".
Por otro lado, este psicólogo reconoce que "los jóvenes
son más entusiastas con su trabajo", por lo que tienden a experimentar en
menor medida el impacto de la 'vuelta al cole'. Éste es mayor, prosigue,
"en puestos que requieren una cualificación alta, con elevada carga de
trabajo o más responsabilidad".
¿Cómo superarlo?
Tras unas semanas. Folgado resalta que es necesaria la ayuda
psicológica cuando "se prolongan las manifestaciones de ansiedad más allá
del periodo de adaptación". Para evitarlo, los expertos recomiendan evitar
extrapolar el periodo de vacaciones a algo maravilloso y reducir la jornada
laboral a algo horrible. Es necesario que, durante los primeros días, se
organicen las agendas para planificar y priorizar las acciones laborales.
A este tipo de malestar no se le debe dar importancia ya que
se manifiesta los primeros días tras la vuelta. Es conveniente compatibilizar
el trabajo con alguna otra actividad de ocio. Este especialista recomienda que,
independientemente del tipo de vacaciones de las que se haya gozado, resulta
provechoso la "implementación de algún tipo de 'hobby' que se pueda
realizar de forma habitual y compatible con el trabajo diario".
Los expertos consultados por ELMUNDO.es aportan una serie de
consejos para que la vuelta al trabajo sea algo más llevadera. En primer lugar
destacan la importancia de realizar una primera reunión informal para tener una
visión general de lo que ha sucedido durante la ausencia. Para continuar es
necesario organizarse estableciendo un orden de prioridades para, así, realizar
una planificación adecuada de las actividades pendientes. En tercer lugar, se
recomienda estructurar progresivamente las responsabilidades para que el
rendimiento aumente de forma gradual y mantener una actitud positiva,
manteniendo la concentración en los pasos inmediatos. Por último, aconsejan no
alargar las vacaciones hasta el último día, pues la vuelta al trabajo puede
resultar más traumática que si se tiene una incorporación al trabajo.
Para Fernández es importante que la vuelta al hogar se
realice "dos o tres días antes de la fecha de reincorporación". En
esta misma línea, recomienda "tomarse tiempo para arrancar", ya que,
como es lógico, no se puede esperar tener "el mismo nivel de concentración
el primer día que el último antes de las vacaciones". Además sugiere que
"ser positivo y organizarse bien es necesario para afrontar adecuadamente
esta situación".
Fuente: http://www.elmundo.es/
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