"Superamos tanto el máximo de ruido permitido que fuimos arrestados, sacados de nuestra propia casa y se nos advirtió que no podíamos tener relaciones", ha contado MacKenzie al Sunday Mail.
Tras más de veinte quejas de los vecinos, por primera vez en el estado de Australia del Sur, al poicía entregó a la pareja una orden para que se abstengan de tener sexo por exceso de ruido bajo la amenaza de una multa.
Fuente: http://www.que.es/
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