27 de abril de 2012

Una hamburguesa de KFC causó daños cerebrales a una niña australiana

La justicia australiana ha condenado a la cadena de restauración Kentucky Fried Chicken a pagar 8 millones de dólares australianos, unos 6,3 millones de euros, a una adolescente que sufrió graves lesiones tras comer una hamburguesa de pollo en mal estado en un restaurante de la compañía en Sidney.

La Corte Suprema del Estado de Nueva Gales del Sur ha encontrado culpable a la compañía estadounidense. Monika Samaan tenía siete años cuando resultó intoxicada con la hamburguesa, tras lo que sufrió encefalopatía y salmonelosis, lo que le causó secuelas cognitivas, motoras y en el lenguaje.

Ahora, el juez Stephen Rothman ha considerado que la hamburguesa estaba contaminada por la «negligencia» de uno o varios empleados de KFC. La compañía ha anunciado que recurrirá el fallo, aunque todavía no ha iniciado el procedimiento.

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