1 de junio de 2012

Lo despidieron por eructar y lanzarse flatulencias

Un telegrama con referencias a las “perturbaciones sonoras” puso fin a la relación contractual de un empleado, luego de las reiteradas quejas de los colegas que debían compartir ambiente con él.


Este caso testigo se produjo en Francia y una Corte de Apelaciones de Versalles en su resolución n° 10/04404 del 22 de marzo de 2012 consideró que “las faltas deliberadas y reiteradas a las reglas del savoir-vivre (saber vivir) de este asalariado, generadoras de tensiones en sus relaciones con sus colegas de trabajo, constituyen una causa real y seria de despido”.

Parece que el problema era importante y cotidiano, al punto que varios camaradas presentaron quejas. El patrón se vio obligado a tomar cartas en el asunto y la justicia finalmente dio la razón a los quejosos (y sufridos) colegas del impresentable trabajador.

La carta de despido de la empresa decía: “Nos vemos obligados a notificarle su licenciamiento por causa real y seria debido a los siguientes motivos: perturbaciones sonoras tales como eructos regulares, flatulencias no disimuladas (de las que) resulta que sus faltas y su comportamiento generan tensiones y conflictos recurrentes en las relaciones con sus colegas de trabajo”.

De acuerdo con la declaración de su superior ante la justicia, el empleado había adoptado una actitud de provocación hacia sus colegas, en respuesta a las quejas de éstos por el enrarecimiento del clima de trabajo que generaban sus incontinencias.

Como el hombre no hizo caso de los pedidos de respeto a las reglas de urbanidad más elementales -formulados verbalmente y a través de correos electrónicos- y persistió en su conducta incivilizada, hubo que apelar a la justicia laboral.

Así lo relata en su blog Eric Rocheblave, abogado de la ciudad de Montpellier, especialista en Derecho del Trabajo, quien, por consideración quizá hacia la familia del infractor, no revela su nombre ni el de la empresa en cuestión.

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