Las inocentes tomas de comida, mascotas, atardeceres y amigos que caracterizan la red social de fotografías Instagram, conviven ahora con otras sexualmente explícitas o francamente pornográficas que revelan la fuerte presencia del sexo tanto en nuestra vida diaria como en Internet.
Instagram, la popular red social de fotografías que ofrece la posibilidad de utilizar filtros como los que antaño usaban los fotógrafos profesionales, aunque las imágenes se tomen con un smartphone. Recientemente, sin embargo, las inocentes tomas de la vida diaria conviven con otras de contenido sexualmente explícito que, agrupadas casi siempre con la denominación “sexagram”, navegan en las redes donde se hacen públicas estas imágenes.
Esto, por supuesto, viola los términos de uso del producto, que prohíbe tajantemente la desnudez completa o parcial y los cuerpos en poses sugerentes. Lo cual no ha impedido que pechos femeninos, genitales y parejas en pleno acto sexual se muestren agrupados bajo etiquetas (hashtags en el caso de Twitter) como #instasex, #sextagram y otros afines.
Si el sexo es uno de los motores que mueve al mundo, con un universo de más de 80 millones de usuarios, el surgimiento de este fenómeno parecía solo cuestión de tiempo (aunque también habría que señalar que el arte erótico de fotógrafos amateurs exaltados por las facilidades de la tecnología también tiene su veta incipiente). Igualmente debemos tomar en cuenta la enorme importancia que la pornografía tiene para Internet.
Por su parte un vocero de Instagram aseguró que el principal aliado para combatir esta situación es el propio usuario, quien puede marcar como inapropiada toda imagen que le disguste y que justificadamente crea que debe ser retirada de la red.
Fuente: http://pijamasurf.com/
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