26 de septiembre de 2012

Los videojuegos fomentan el pensamiento crítico y la comunicación

Jugar en consolas favorece el aprendizaje de ciertas habilidades, como la comunicación o el desarrollo del pensamiento crítico. Las estadísticas apuntan que la mayoría de los niños norteamericanos pasan 18 horas jugando a videojuegos a la semana, y cada vez empiezan a una edad más temprana, a los dos o tres años. En España, el 53% de jugadores dedican entre una y cinco horas a jugar.


Según una información que publica el portal de enseñanza Teachthought en colaboración con un experto, y a través de Escuela 20, los videojuegos y su desarrollo facilitan el aprendizaje de las competencias del siglo XXI. El portal concluye que, al menos, el hábito de jugar a videojuegos aporta cinco distintos tipos de habilidades.

En los juegos normales, y también en los videojuegos, es necesario desarrollar la capacidad de toma de decisiones. De hecho, los juegos más sofisticados requieren que el jugador desarrolle un pensamiento estratégico, sea capaz de asignar recursos y roles de modo intencional, así como planificar a largo plazo. Todas estas habilidades se proyecto a la vida diaria.

Muchos juegos, como Minecraft o World of Warcraft, se construyen alrededor de modelos de resolución de problemas. Practicar esta habilidad tiene una aplicación directa a las necesidades reales. Además, algunos juegos requieren trabajo en grupo y contribuyen a fomentar la necesidad de cooperación.

Cualquier juego, incluso el popular Call of Duty, enseña a encajar en una comunidad, a determinar normas para ésta y las funciones de sus miembros. El experto asegura en este caso que ejercer la ciudadanía digital es un componente clave para prosperar en la sociedad «real». El videojuego también ayuda a seleccionar información, desarrollar un pensamiento crítico, desarrollar competencias digitales o aprender a ser autodidacta.

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