17 de mayo de 2012

Adolescente muere a los 13 años pero dona sus órganos y salva 8 vidas

En una situación sumamente contrastante y elocuente de los opuestos que rigen esta vida y la mantienen en movimiento, Jemima Layzell, una joven de apenas 13 años, falleció en Somerset, Inglaterra, luego de sufrir la ruptura de un aneurisma en su cabeza.


El hecho, sin duda lamentable, fue sin embargo motivo de alegría para 8 personas que, a petición expresa de Jemima, recibieron sendas donaciones de órganos vitales que representan para ellos una segunda oportunidad de vida.

El corazón de Jemima lo recibió un niño de 5 años, sus pulmones un joven de 14, su hígados dos niños (uno de 10 meses y otro de 5 años). Dos personas más recibieron cada una un riñón, un hombre su páncreas y, finalmente, su intestino otro infante, este de 3 años. Igualmente parte de su tejido ocular sirvió para que dos personas más recuperaran la vista.

De acuerdo con su familia, la muchacha aspiraba a convertirse en escritora y, además de este legado más que encomiable, dejó varios poemas, canciones y narraciones de su autoría.

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