27 de junio de 2011

Arde el Monumental: River baja a Segunda

Se mascaba la tragedia y se consumó el drama en el Monumental. Ciento diez años después de su fundación, el histórico River Plate de Buenos Aires perdió la promoción con el Belgrano de Córdoba y la próxima temporada jugará en Segunda División por vez primera en su historia.

River necesitaba, como mínimo, igualar el 2-0 de la ida. La Ventaja Deportiva, la regla por la que la AFA, consiente que los equipos de Primera mantengan la categoría con solo igualar el resultado obtenido por el equipo de menor rango, tampoco bastó. River no fue capaz de hacerle dos goles a Belgrano, que marcó en el Monumental. Pavone abrió la esperanza con un tanto en el minuto cinco, tras anularle el árbitro por un sutil fuera de juego un tanto a los cordobeses. Después pudieron marcar el segundo, pero el colegiado, Pezzotta, no cobró un penalti de Turús a Pavone. Una falta clara dentro del área que se fue al limbo. Luego, con la herida de River abierta ya en canal, a menos de media hora del descenso, el propio Pavone dispuso de otro penalti, menos claro que el anterior, pero señalado por el árbitro, que lanzó flojo y mal, por el centro de la portería. Olave lo intuyó y lo paró. Pavone cayó en la desesperación. Desde ese instante hasta el final todo lo que hizo fue deambular por el campo, ajeno a todo lo que le decían desde la grada.

Belgrano marcó en una contra, el estilo que empleó en la eliminatoria, y se plantó como un equipo, lo que River nunca fue en esta temporada. El tercer clasificado de la Segunda de Argentina manda al pozo a River. Los millarios pasan de ricos a pobres en una tarde.

Un palo tremendo no sólo para un equipo, sino también para una institución en la Argentina. Uno de los históricos, el equipo en el que jugaron Ángel Labruna, Adolfo Pedernera, Alfredo Di Stéfano, Amadeo Carrizo, Ubaldo Matildo Fillol, Enzo Francescoli, Ariel Ortega, Hernán Crespo, Mascherano o Higuain, entre muchos otros, el equipo que más jugadores ha aportado a la selección de Argentina en toda su historia, es ya carne de Segunda.

En la grada, bajo unas imponentes medidas de seguridad, con un treinta por ciento de toda la Policía de Buenos Aires desplegada en el Monumental y en sus calles aledañas, impotencia, rabia y lágrimas. Las Fuerzas de Seguridad emplearon agua fría, mangueras a presión, para dispersar a los hinchas de River. Los incidentes fueron a más en las horas posteriores al partido, y la noche no presagiaba nada bueno. La decepción perdía terreno con la ira. Dos horas después del partido ya se daba cuenta de un muerto en los enfrentamientos.

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