Basado en la Fundación Nacional del Sueño, los recién nacidos deberían dormir entre 12 y 18 horas por cada 24, con una reducción gradual de 12 a 14 horas para infantes de 1 a 3 años de edad. Los preescolares, de 3 a 5 años, tendrían que dormir de 11 a 13 horas y cuando crecen, en el período que va de los 5 a los 10 años, su sueño ideal es de 10 a 11 horas. Sospecho, sin embargo, que pocos alumnos de cuarto y quinto año de escuela duermen 10 horas por noche.
La situación se vuelve incluso más desafiante durante la pubertad y a lo largo de la adolescencia. Los adolescentes no solo necesitan más horas que los adultos -de 8,5 a 9,25 horas por noche, con base en datos de la fundación del sueño- sino que las horas a las que son capaces de despertar naturalmente y sentirse descansados no coinciden con el comienzo de actividades en la mayoría de las escuelas o liceos.
El adolescente típico, demostraron estudios del sueño, no concilia el sueño con facilidad antes de las 11 de la noche o más tarde. Sin embargo, muchos tienen que levantarse a las 6 de la mañana o antes para llegar a la escuela a una clase que empieza a las 7 y 30 u 8 de la mañana. Unos cuantos se quedan dormidos durante esa clase, y con frecuencia también en la siguiente. Incluso si están despiertos, no están en condiciones de aprender gran cosa de nada.
En un estudio, más de 90% de los adolescentes informaron que dormían menos de nueve horas por noche, en tanto 10% informó que dormía menos de seis horas. Como observó James B. Maas, psicólogo de la Universidad Cornell y prominente investigador del sueño, la mayoría de los adolescentes "andan co-mo zombis" porque duermen muy poco.
Incluso en 1998, antes de que se pudiera responsabilizar a los teléfonos inteligentes e iPads por la privación del sueño adolescente, un estudio entre más de 3.000 adolescentes, realizado por Amy R. Wolfson del Colegio de la Santa Cruz y Mary A. Carskadon de la Universidad Brown, encontraron que los alumnos de secundaria con bajo rendimiento dormían en promedio 25 minutos menos e iban a la cama 40 minutos después que aquellos con las máximas calificaciones. En otro estudio entre 40 alumnos de bachillerato, Carskadon y sus colegas encontraron que casi la mitad de los estudiantes que entraba a clase a las 7 y 20 horas estaba "patológicamente somnoliento" a las 8 y 30.
Para Carskadon era un "abuso" comenzar la escuela tan temprano. "Quizá estos jóvenes estén despiertos y en la escuela a las 8 y 30, pero estoy convencida de que sus cerebros vuelven a la almohada". La privación del sueño también impacta en su aprendizaje porque según la investigadora, "lo que se aprende durante el día se consolida durante el sueño".
LAS CLAVES
Preocupación
Investigadores estadounidenses alertan sobre la poca atención que los adultos prestan a las horas que duermen sus hijos. Demostraron que la falta de sueño en los niños y los adolescentes impacta sobre su rendimiento curricular.
El sueño ideal
Entre los 3 y los 5 años los niños deberían dormir de 11 a 13 horas, según la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos. Entre los 5 y los 10 años tendrían que dormir 10 u 11 horas; y en la adolescencia, un promedio de 9 horas.
Muy temprano
Aconsejan combinar mejor los horarios del sueño y las exigencias escolares. Recomiendan a escuelas y colegios comenzar el día más tarde y limitar las actividades nocturnas.
En el programa
Indican que el programa escolar debería incluir información sobre el sueño y los ritmos biológicos para, de esa forma, alentar a los estudiantes a tomar decisiones informadas con respecto a sus horarios para dormir.
Fijar horarios
A fin de contribuir a un ciclo aceptable de sueño y vigilia, niños y adolescentes deberían evitar la luz brillante por la noche y exponerse a la luz por la mañana. Y sus padres tendrían que fijar una "hora apropiada" para ir a la cama.
Fuente: http://www.elpais.com.uy/
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