4 de mayo de 2012

Salomón Rondón, posible opción para el Barcelona

Cuando un equipo como el Barça, y a falta de dos jornadas para concluir la liga, ha conseguido anotar 108 goles, calificar de necesidades un delantero centro rematador, se antoja una frivolidad y, si acentuamos que durante la campaña no pudo contar con los asegurados 30 goles por Villa y Pedro –lesionados-, la concesión a los refuerzos aumenta su margen de error.

A pesar de ello, y volviendo a repetir que las estadísticas no explican el fútbol, sino que las sensaciones se mueven gracias a la lectura exhaustiva que el desarrollo del juego nos brinda, creemos que al Barça le falta, no un andamiaje esencial, sino una alternativa en la plantilla.

Tiene jugadores de buen pie en todas sus líneas pero al equipo no le sobra altura para, cuando las piernas fatigadas no obedecen las órdenes del cerebro, recurrir al juego aéreo y doblegar estáticas defensas sin más virtudes que la estatura y el amontonamiento, tal y como hicieron Chelsea y Real Madrid.

Dirán los detractores del tema que planteamos que, con Zlatan Ibrahimovic, el once blaugrana fue incapaz de romper el muro del Inter de Mourinho y es verdad, pero Ibra, un gran tiempista en ataque, cabecea menos que lo que su cuerpo sugiere. Aún así, es necesario remarcar que ninguna regla garantiza la victoria y que, simplemente, hablamos de enriquecer al plantel con un tipo de jugador que no tiene: el 9 rematador. Y a nuestro favor, pensamos que aquel Barça no contaba con el crack por excelencia de los espacios: Cesc Fàbregas.

Tres nombres para un puesto vacío

Fernando Llorente

Los fríos datos dicen que jugó 24 partidos de titular y 7 de suplente, consiguiendo 17 goles –por ahora-. Más allá de la estadística, Fernando asegura juego asociativo, remate, despeje y capacidad para aguantar el balón. Su perfil humano y haber compartido vestuario con la plana mayor de la selección española, los esenciales, lo colocan en buena posición para sumarse al Barça.

Radamel Falcao

Sus goles, 23, en 31 partidos como titular, hablan por sí solos. El colombiano y su enorme juego aéreo, agregarían capacidad rematadora a un Barça que, dicen, prefiere a Adrián, crack, pero más de lo mismo con respecto a lo que ya tiene el once culé. Por el contrario, un nueve de área como el Tigre, aportaría virtudes desconocidas en el mejor equipo de la actualidad.

José Salomón Rondón


Si hay un tapado, alguien con menos nombre pero con las virtudes requeridas,  es el venezolano del Málaga quien, por cierto, marcó de cabeza al Barça con un contra-anticipo digno de un 9 de verdad. Joven, de bajo perfil y no muy caro, podría sumar mucho a un equipo carente de altura física y poderío cabeceador. Esta temporada lleva 10 goles en 27 partidos como titular y 8 como suplente.

Una vez esbozada nuestra idea, si Tito Vilanova decide, junto a Andoni Zubizarreta, fichar un delantero centro, el jugador elegido deberá comprender que llega a un equipo armado y en el que la posición a la que viene a reforzar es tierra de nadie para el estilo blaugrana. La distracción y la creación de la zona franca se presentan como virtudes inalienables de este equipo. Además, el jugador elegido ha de entender que la titularidad es propiedad colectiva y sólo Leo Messi juega siempre.

Dicen que lo más complicado es saber manejar los egos y el grupo. Tito Vilanova ofrece las garantías necesarias para conseguirlo como protagonista principal del mando grupal y quien venga debe comprender que puede jugar o no, pero que su aporte ha de ser decisivo cuando el equipo lo decida. Así pues, se busca fortaleza mental, calidad deportiva y paciencia.

Por tanto, no hablamos de un simple nombre, sino de un tipo de profesional que, humanamente, se adapte a los valores del club y de sus jugadores, sin vedetismos ni objeciones a nada ni a nadie. Se necesita uno más con calidad distintiva. Por eso es tan complicado jugar en el Barça, porque, como decía Ibra, se comportan como escolares pero, añadimos, son maestros y, precisamente por no hacerlo sentir, seguirán tocando el cielo con las manos.

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