Mara Wilson tiene en la actualidad 24 años, pero en nuestra memoria siempre será una niña por su papel en 'Matilda' (1997), esa deliciosa película de fantasía que dirigió Danny DeVito, que además se reservó un papel destacado. En su blog personal, Mara ha confesado que no se considera una celebridad y que desde luego para ella "actuar no es divertido".
Wilson, que estudió Teatro en la Universidad de Nueva York, manifestó su frustración criticando a los directores con los que trabajó por no dale nunca la más mínima libertad creativa. También cargó contra el canón de belleza que impera en la industria y escribe: "Hay por ahí actrices mucho más talentosas y mucho más convencionalmente atractivas cogiendo papeles que me habrían ofrecido a mí".
Mara pensó que le iban a comparar con las gemelas Olsen. "No tengo nada en contra de ellas, pero no me considero igual". "No me va a ver nadie en 'Dancing With The Stars'. Lo siento", sentenció en su blog.
Mara empezó su carrera artística con solo cinco años, envidiosa del éxito de su hermano mayor, Danny, que triunfaba como actor publicitario. Saltó a la palestra tras aparecer en cinco episodios de 'Melrose Place'. Ese mismo año también debutaría en el cine de la mano de Chris Columbus , que quiso que fuera una de las protagonistas de la 'Señora Doubtfire', comedia en la que Robin Williams se vestía de mujer.
Les Mayfield también valoró el talento de la pequeña Mara y contó con ella en el remake de 'Milagro en la ciudad' (1994). Con 9 años, tocaba el cielo con 'Matilda' pero también se enfrentó a a la mayor tragedia de su vida: su madre moría víctima de un cáncer de mama.
Matilda Wormwood es tal vez la niña más adorable de la reciente historia del cine. Lidiaba con unos padres y un hermano cuya inteligencia brillaba por su ausencia y utilizaba sus poderes telequinéticos para para parar los pies a la malvada Agatha Trunchbull, la directora de su colegio, que metía a sus alumnos en un espantoso dispositivo de tortura al que llamaban El Agujero o, directamente, los lanzaba por el aire.
Danny Devito, un ídolo en los ochenta y en los 90, fue el mejor padrino que pudo tener Mara. Sin embargo, tras quedarse huérfana de madre, dejó paulatinamente el mundo del espectáculo y prefirió volcarse en sus estudios. Prácticamente se limitó a hacer cameos en series televisivas. Solo 'El hada novata' (1997), con Martin Short y Kathleen Turner, mantuvo durante un corto periodo su estela
Fuente: http://es.cine.yahoo.com/
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